Ficha de Persèfone
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Ficha de Persèfone
Nombre: Perséfone.
Rango: Diosa de la primavera y reina del inframundo.
Panteón: Olímpico.
Lugar/es de residencia: El mundo de los muertos, alado de Hades como su esposa, y el mundo de los vivos, alternando cada sitio durante ciertos meses un año.
Templos consagrados: Ninguno que se sepa. Se le consagra el primer día de primavera.
Edad: La era del mito. Ahora, en esta reencarnación, alrededor de los 18 años.
Cuenta Homero que en el sureste de Europa hubo un tiempo en el que reinaba la eterna primavera. La hierba siempre era verde y espesa y las flores nunca marchitaban. No existía el invierno, ni la tierra yerma, ni el hambre. La artífice de tanta maravilla era Deméter, la cuarta esposa de Zeus. De este matrimonio nació Core, luego llamada Perséfone. Se trataba de una hermosa joven adorada por su madre que solía acercarse a un campo repleto de flores a jugar.
Un día, pasó por allí el terrible Hades con su temible carro tirado por caballos. Se encandiló con Perséfone y la raptó para llevarla al subsuelo, su territorio. Deméter, al no encontrar a su hija y con unas antorchas en cada mano, emprendió una peregrinación de nueve días y nueve noches. Al décimo día el Sol, que todo lo ve, se atrevió a confesarle quién se había llevado a su hija.
Irritada por la ofensa, Deméter decidió abandonar sus funciones y el Olimpo. Vivió y viajó por la tierra. Esta se quedó desolada y sin ningún fruto ya que, privada de su mano fecunda, se seca y las plantas no crecen. Ante este desastre Zeus se vio obligado a intervenir pero no pudo devolverle la hija a su madre. Es que Perséfone ya había probado el fruto de los infiernos (la granada) y por eso le era imposible abandonar las profundidades y regresar al mundo de los vivos. Sin embargo, se pudo llegar a un acuerdo: una parte del año Perséfone lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.
Lo que este mito indica es que cuando Perséfone regresa con su madre, Deméter muestra su alegría haciendo reverdecer la tierra, con flores y frutos. Por el contrario, cuando la joven desciende al subterráneo, el descontento de su madre se demuestra en la tristeza del otoño y el invierno. Así se renueva anualmente el ciclo de las estaciones y así explicaban los griegos la sucesión de ellas: el otoño y el invierno son tristes y oscuros como el corazón de Deméter al estar separada de su hija. La alegría y la serenidad retornan cuando vuelve con ella, es decir, cuando comienza la primavera.
PRUEBA DE ESCRITURA.
Todos ya conocen mi historia, de la hija de la Diosa de la abundancia Deméter y su forzado matrimonio con el señor del más halla.
Eso ocurrió hace ya mucho tiempo, al principio me sentía ahogada en mi nuevo hogar, un lugar sin luz ni color… solo tinieblas y gritos de dolor. Rehusándome a salir estuve mucho tiempo encerrada en mi habitación, no quería ver a nadie y apenas probaba bocado, al alimentarme recordaba lo tonta que fui al comer la susodicha granada! No estaría atada a todo esto y menos a aquel hombre!
Bien sabia que las cosas no darían marcha atrás, el acuerdo estaba echo y si tenia las esperanzas de ver de nuevo a mi madre debía afrontar esto el tiempo suficiente, saldría al fin a la superficie, vería el sol, el cielo y las nubes! Y sobre todo a mi adorada madre, se fuerte y yo lo seré!
Hades, mi futuro esposo era un hombre ocupado, como rey del inframundo debía ocuparse de diferentes tareas y yo también tendré que hacerlo como reina, su reina. Pensar todo esto me daba nostalgia, compartir mi vida con alguien que no amo… si al menos pudiera no inspirarme temor, sería suficiente.
Con todo esto dando vueltas en mi cabeza, entierro el rostro en la almohada de mi cama mojándose esta nuevamente de lagrimas, empiezo a sollozar en silencio para que nadie pueda ver la patética diosa que resulté ser, me doy vergüenza yo misma.
En medio de mi dolor comienzo a escuchar pasos muy cercanos del otro lado de la puerta, “Hades” pensé para mi, pues era la única persona que puede entrar en mis aposentos con tanta libertad. Cierro los ojos aparentando dormir, lamentablemente no pude secar mis lagrimas a tiempo, sin embargo y para mi sorpresa… el lo hace regalándome una caricia.
--“No me gusta verte llorar, me siento culpable por haberte echo caer en esto, ojala puedas perdonarme algún día… y, aunque me perdones o no, te prometo que serás feliz a mi lado”
Lo escucho hablarme tiernamente al oído, continuo con los ojos cerrados tratando de no llorar de nuevo. Siento como me acomoda los cabellos y besa mi mejilla con sumo cuidado…
-“Te amo”
Después de decir esto en un susurro sale por la puerta dejándome de nuevo sola. Abro los ojos conmovida por lo que dijo, el sabe lo triste que estoy y el miedo que aun tengo, además, se siente triste también.
--“Esas son… flores?”
Descubro en la mesita de noche un gran ramo de flores, muy parecidas a las que recortaba el día de mi rapto. Las tomo en mis brazos desbordando mi primera sonrisa después de mucho tiempo y luego pienso: “Tal vez lo he juzgado mal, ni siquiera le he dado una oportunidad”.
Con esta nueva idea en mi mente salgo por el umbral de la puerta para reunirme con el… para conocerlo.
Rango: Diosa de la primavera y reina del inframundo.
Panteón: Olímpico.
Lugar/es de residencia: El mundo de los muertos, alado de Hades como su esposa, y el mundo de los vivos, alternando cada sitio durante ciertos meses un año.
Templos consagrados: Ninguno que se sepa. Se le consagra el primer día de primavera.
Edad: La era del mito. Ahora, en esta reencarnación, alrededor de los 18 años.
Cuenta Homero que en el sureste de Europa hubo un tiempo en el que reinaba la eterna primavera. La hierba siempre era verde y espesa y las flores nunca marchitaban. No existía el invierno, ni la tierra yerma, ni el hambre. La artífice de tanta maravilla era Deméter, la cuarta esposa de Zeus. De este matrimonio nació Core, luego llamada Perséfone. Se trataba de una hermosa joven adorada por su madre que solía acercarse a un campo repleto de flores a jugar.
Un día, pasó por allí el terrible Hades con su temible carro tirado por caballos. Se encandiló con Perséfone y la raptó para llevarla al subsuelo, su territorio. Deméter, al no encontrar a su hija y con unas antorchas en cada mano, emprendió una peregrinación de nueve días y nueve noches. Al décimo día el Sol, que todo lo ve, se atrevió a confesarle quién se había llevado a su hija.
Irritada por la ofensa, Deméter decidió abandonar sus funciones y el Olimpo. Vivió y viajó por la tierra. Esta se quedó desolada y sin ningún fruto ya que, privada de su mano fecunda, se seca y las plantas no crecen. Ante este desastre Zeus se vio obligado a intervenir pero no pudo devolverle la hija a su madre. Es que Perséfone ya había probado el fruto de los infiernos (la granada) y por eso le era imposible abandonar las profundidades y regresar al mundo de los vivos. Sin embargo, se pudo llegar a un acuerdo: una parte del año Perséfone lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.
Lo que este mito indica es que cuando Perséfone regresa con su madre, Deméter muestra su alegría haciendo reverdecer la tierra, con flores y frutos. Por el contrario, cuando la joven desciende al subterráneo, el descontento de su madre se demuestra en la tristeza del otoño y el invierno. Así se renueva anualmente el ciclo de las estaciones y así explicaban los griegos la sucesión de ellas: el otoño y el invierno son tristes y oscuros como el corazón de Deméter al estar separada de su hija. La alegría y la serenidad retornan cuando vuelve con ella, es decir, cuando comienza la primavera.
PRUEBA DE ESCRITURA.
Todos ya conocen mi historia, de la hija de la Diosa de la abundancia Deméter y su forzado matrimonio con el señor del más halla.
Eso ocurrió hace ya mucho tiempo, al principio me sentía ahogada en mi nuevo hogar, un lugar sin luz ni color… solo tinieblas y gritos de dolor. Rehusándome a salir estuve mucho tiempo encerrada en mi habitación, no quería ver a nadie y apenas probaba bocado, al alimentarme recordaba lo tonta que fui al comer la susodicha granada! No estaría atada a todo esto y menos a aquel hombre!
Bien sabia que las cosas no darían marcha atrás, el acuerdo estaba echo y si tenia las esperanzas de ver de nuevo a mi madre debía afrontar esto el tiempo suficiente, saldría al fin a la superficie, vería el sol, el cielo y las nubes! Y sobre todo a mi adorada madre, se fuerte y yo lo seré!
Hades, mi futuro esposo era un hombre ocupado, como rey del inframundo debía ocuparse de diferentes tareas y yo también tendré que hacerlo como reina, su reina. Pensar todo esto me daba nostalgia, compartir mi vida con alguien que no amo… si al menos pudiera no inspirarme temor, sería suficiente.
Con todo esto dando vueltas en mi cabeza, entierro el rostro en la almohada de mi cama mojándose esta nuevamente de lagrimas, empiezo a sollozar en silencio para que nadie pueda ver la patética diosa que resulté ser, me doy vergüenza yo misma.
En medio de mi dolor comienzo a escuchar pasos muy cercanos del otro lado de la puerta, “Hades” pensé para mi, pues era la única persona que puede entrar en mis aposentos con tanta libertad. Cierro los ojos aparentando dormir, lamentablemente no pude secar mis lagrimas a tiempo, sin embargo y para mi sorpresa… el lo hace regalándome una caricia.
--“No me gusta verte llorar, me siento culpable por haberte echo caer en esto, ojala puedas perdonarme algún día… y, aunque me perdones o no, te prometo que serás feliz a mi lado”
Lo escucho hablarme tiernamente al oído, continuo con los ojos cerrados tratando de no llorar de nuevo. Siento como me acomoda los cabellos y besa mi mejilla con sumo cuidado…
-“Te amo”
Después de decir esto en un susurro sale por la puerta dejándome de nuevo sola. Abro los ojos conmovida por lo que dijo, el sabe lo triste que estoy y el miedo que aun tengo, además, se siente triste también.
--“Esas son… flores?”
Descubro en la mesita de noche un gran ramo de flores, muy parecidas a las que recortaba el día de mi rapto. Las tomo en mis brazos desbordando mi primera sonrisa después de mucho tiempo y luego pienso: “Tal vez lo he juzgado mal, ni siquiera le he dado una oportunidad”.
Con esta nueva idea en mi mente salgo por el umbral de la puerta para reunirme con el… para conocerlo.
Shakita666- Persefone, reina del Inframundo
- Mensajes : 243
Fecha de inscripción : 18/02/2009
Edad : 33
Localización : Buscando el jardìn de Hera! òwo
Re: Ficha de Persèfone
Holap… Bien solo debes esperar a que venga Spica y te coloque el rango de Persefone... Diviértase
Aome- Usuario/a del foro
- Mensajes : 943
Fecha de inscripción : 13/12/2008
Edad : 34
Re: Ficha de Persèfone
Hola, linda, ya te puse el rango y tambien veo que tienes un avatar, asi que cuando quieras puedes empezar a jugar.
Re: Ficha de Persèfone
Muchas gracias a las dos... siii, ya puedo jugar! ^^
Shakita666- Persefone, reina del Inframundo
- Mensajes : 243
Fecha de inscripción : 18/02/2009
Edad : 33
Localización : Buscando el jardìn de Hera! òwo
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