Templo de Apolo

En el recinto dedicado al dios Apolo podian leerse las dos sentencias, escritas en el umbral: "Conócete a ti mismo" y "Nada en demasía". Puestas a manera de advertencia para cualquiera que se atreviera a franquear la entrada.

Frente a la llama ardiente, el dios cavilaba y se mantenia quieto rodeado de silencio, no deseaba la compañia de las Mneiae y, solo, Melpómene con su máscara trágica, la cabeza rodeada de hojas de parra y llevando coturnos se atrevia a ingresar al templo y distraer al dios de sus reflexiones. La lira se hallaba abandonaba en el mas oscuro de los rincones.

Mientras la musa danzaba y cantaba sus melodias tràgicas, Apolo pensaba en los origenes de su nombre y en que, el significado que mas le llegaba en ess momentos era el de "destructor". El caos en el Olimpo le tenia sin cuidado,pero sentia que Cronos estaba influenciando a los dioses a revelarse y eso lo llenaba de dudas,pues el queria un cambio, aunque no deseaba que el monte se llenara con la sangre de sus familiares. La musa habia dejado de danzar y lo miraba con ansiedad esperando algùn gesto de su Dios, pero reclinado en un quitòn con los cabellos revueltos,el rostro sombrio y la mirada ausente èste parecia ni siquiera haberla visto.

Que lejos le parecia la època en que habia dado muerte al dragòn Pitòn, pensaba en sus amantes hombres y mujeres,en las relaciones llenas de tensiòn con Zeus y Hera, que habia tratado de matar a su madre,Leto, innumerables veces.

Y,ahora ante la rebeliòn de Cronos ¿Que le impedia unirsele?.

Con un gesto de la mano despidiò a Melpómene, apenas ella se retirò, comenzò a pasear con nerviosismo por sus estancias.

toco la puerta
-querido hermano puedo entrar atus dominios
dejo una nota y regreso a mi santuario.
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viene del templo de hestia

TSUKI-HIME. escribió:Tan rápìdo como le fuera factible no bien enterada de la situación actual, y por sobre todo indignada por la presencia de Hera sobre los dominios propios de los mellizos míticos, Artemisa acude al templo de su hermano.

Le vé con curiosidad de ambular de un lado a otro, la de los ojos de pantera persigue su varonil figura en silencio, el hermoso Sol lucía desconcertado.

Las musas andaban en sus labores en estancias anteriores a la cámara donde se hallaba el único hombre al que la virgen cazadora le tenía confianza plena y aprecio infinito, un amor tan profundo que muchas veces se murmuraba que su hermandad y complicidad escondían algo más que un amor de hermanos.

Solo rumores, sin mayor fundamento, asuntos sin verdadera importancia.

Volviendo a las musas, éstas al ver llegar a la melliza de sus señor le advirtieron de su misterioso proceder confiadas que Artemisa logre que Apolo retome la batuta y la atención sobre ellas.

Mirándose a los ojos, el uno al otro, la voz sosegada de la dama rompió con el ambiente taciturno.

-Hermano, que apremia ahora tu corazón? qué confunde tu mente? que hace que tus musas guardianas se vean obligadas a pedirme el favor de reconfortarte?

Tal saludo vino acompañado despues de un cierre de ojos y una venia majestuosa

El hermoso dios, desprende su mirada abstraída hacia a las pupilas de su hermana, en silencio expresa su disconformidad.

Artemisa entiende el malestar de su hermano, así que era mejor, para el bien de todos sus allegados, que se le dejara solo.

-Sabes que puedes contar conmigo, sabes donde hallarme si deseas confiarme tus pesares, aunque muchos de ellos son guiados por tu corazón y no los entienda, siempre es hermoso que me cuentes de tí y de tus aspiraciones.

Y diciendo esto, bajo una niebla densa y blanca, Artemisa desapareció.

Me retiro al verme ignorada y decido hablar con Apolo otro dia y regraso a mi santuario .