Templo de Géminis

Observé a mi alrededor, aún me parecía extraño encontrarme ahí, había pasado muy poco tiempo en mi templo así que no estaba nada familiarizado, por un momento pensé en Kanon, ¿no podría intercambiar papeles con él y estar algún tiempo como Marina de Poseidón? Dioses, me encontraba algo aburrido y sin ganas de entrenar. Quizá deba salir a vagar por el santuario...

-Saga , Saga necesito hablar contigo - por que me detesta tanto , porque sus palabras entre lineas lo dijo y debe de estar hablando de mi si es mi tia por que pienso porque entonces , yyo lo unico que quiero con respecto a mis demas parientes es aunque sea tener un minimo de diplomasia - SAGA .

- Qué sucede? - pregunto cuando ingreso a mi templo viendo a Saori un poco alterada.

Sus pasos finalmente le habían guiado hasta la tercera casa, donde se erguía imponente el templo de los gemelos. Sus pupilas centellearon en cuanto precisaron la inscripción de la casa, sintiendo una enorme necesidad de girarse sobre sus talones y correr.

Pero no lo haría.

Tampoco podía permitirse ser tan marica. Debía afrontar la situación fuese como fuese, en orden de poder vivir en paz él y su hermano, por muy absurdo que sonara. ¿Vivir en paz? parecía gracioso siquiera imaginarlo y lo demostró en una sonrisa nostálgica que curvó sus labios.

Se armó de valor y emprendió paso hacia el interior del templo, pudiendo precisar a una corta distancia la figura de Saori, quien aún seguía infundiendo esa calidez propia de la diosa. Kanon se aproximó hacia ella y clavó su rodilla en el suelo, según el protocolo sincero de respeto hacia Atenea.

- Atenea, me alegra verla - espetó, con su mirada baja y sus ojos cerrados - He venido desde el Templo de Poseidón, donde actualmente resido. Espero mi presencia en el santuario no sea motivo de ningún tipo de dificultades - Su voz había ganado una sumisión pocas veces vista. Desde la redención a manos de Milo, Kanon había cambiado profundamente, y aquello era algo que incluso a él, incluso a estas alturas, le costaba asimilar.

Cuando dió por finalizadas sus palabras levantó el rostro, permitiéndose entonces observar a la diosa que le había perdonado. Después, con una lentitud inhóspita, giró su rostro hacia Saga... y le observó con intensidad evidente en la chispa de sus ojos.

- Saga... - saludó, sin atreverse a prolongarse mucho en ese primer encuentro. Daría el tiempo necesario para que las cosas se dieran de la manera más pacífica y sana, en la medida de lo posible.

- Sucede que atacaron a un de las vestales de mi tia Hestia ademas y quiero asegurarme de no mas incidentes quiero que llamen una reunion y aseguren la saeguridad confio en ustedes y los epero en mi templo para la reunion .

dicho esto me retiro
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al templo de escorpio

entro de regreso
solo los observo y pienso que estaran diciendo de mi supongo que ya me deben estar acusando ,m ejor ni pienso ya en ello .