Saint Seiya Eterna Llama de la Vida
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Patio principal del templo de Hestia

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Mensaje  spicadevirgo66 Sáb Dic 13, 2008 2:29 am

Tras las ceremonias realizadas durante el festival anual y la investidura de una nueva vestal, decidi salir durante unos dias del templo. Las jovenes sacerdotisas se encargarian tal como lo habian hecho en otras ocasiones de velar por la llama que ardia en el pebetero sagrado y que bajo ningun concepto debian dejar que se apagara.
El incumplimiento de esta norma conllevaria un terrible castigo para la que estuviera de guardia pues si tras haberse investigado la causa, se decidiera que habia sido a causa de la negligencia de la vestal, esta seria azotada publicamente. El fuego no puede volver a encenderse de forma normal, sino que necesitariamos la asistencia del dios Helios, pues tan solo pueden encenderse con cristales calentados al sol siguiendo unos ritos especiales.
Algo que detesto hacer con toda mi alma, pero las jovenes ya saben a que se exponen cuando entran a mi servicio y como se castigan las faltas cometidas, siendo la peor de todas el perder su virginidad o que una vestal sea sorprendida en un lugar cerrado a solas con un hombre y se la halle culpable de tal profanacion. El unico castigo es entonces la muerte, para ambos.
Agradezco a los Hados que muy pocas veces desde la era mitologica se han tenido que tomar medidas tan drasticas...

Despues de un bano asistida por mis doncellas y una vez ya vestida decidi ir a visitar otros lugares del Olimpo. Pocas veces salgo de mi hogar pero anoraba mucho a mi hermana y al tener plena confianza en mis queridas sacerdotisas, las deje al cargo del templo. Sabian que si deseaban contactarme tan solo necesitaban encender una vela anaranjada, aunque mis ninas son mas que capaces de cuidarse y dar buena cuenta de si mismas, o al menos, eso creia.

Tambien decidi consultar el oraculo de Delfos, templo que otrora me habia sido consagrado y que ahora lo estaba a Apolo pero en el cual aun seguian haciendoseme ofrendas pues el fuego sagrado que arde en todos los templos y los de los hogares de los mortales me estan consagrados.
Quise hacer tambien una rapida visita a los pritaneos en Atenas y Larissa, ya que alli los mortales tambien me rendian culto y pense que les alegraria verme. Desgraciadamente, los planes de hacer otras visitas a otros lugares se vieron truncados tras unos dias, debido a que senti a traves de mi cosmoenergia que una de las palmatorias sagradas en el templo del Olimpo habia sido encendida, lo cual me llevo a pensar que algo grave habia ocurrido pues las vestales no las encienden sin tener un buen motivo para ello. Durante el viaje de vuelta sentia mi corazon encogerse y mi intuicion no me fallo, pues un terrible suceso habia tenido lugar pues al llegar al templo me encontre con una horrible vision: la llama sagrada ya no ardia en el pebetero.

Antes de que pudiera demandar saber lo que habia ocurrido, las sacerdotisas se encontraban en un terrible estado de excitacion, el templo estaba en un terrible desorden y... me explicaron asustadas que ... en fin, las pobres ninas estaban tan alteradas que apenas atinaban a hablar, asi que me mostraron algo que explicaba mucho sin necesidad de palabras.
Marina, la mayor de mis sacerdotisas habia muerto asesinada tratando de proteger la llama sagrada. Su cuerpo inerte habia sido encontrado junto al pebetero sagrado, cubierta en sangre y en terribles y profundas heridas.

A pesar de mantener una expresion calmada, pues queria que se tranquilizaran los animos entre las jovenes, notaba como mi corazon se resquebrajaba, debido al gran carino que siento por ellas que sacrifican los mejores 30 a~nos de su vida para estar a mi servicio. Jure en silencio que averiguaria quien estaba detras de todo esto y que quien quiera que fuera lo pagaria caro aunque sabia que no se trataba de un simple mortal.
El o la culpable era otra deidad que habia osado profanar este templo pero sobre quien igualmente se desatarian mis iras pues este es un gravisimo insulto que no puedo dejar pasar asi como asi.

Que podia hacer? No podia dejarlas solas de nuevo pues no sabia exactamente de quien o quienes se trataba y quizas nos atacarian de nuevo, pero aun asi, debia de alguna manera avisar a los demas dioses de lo que habia sucedido.

Por de pronto me dirigi hacia la entrada principal del templo.
(Hestia seguira posteando alli)
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Hestia, diosa del fuego. (Administradora). Bud de Alcor (RPG2)
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